El interés por la agricultura urbana y las huertas propias ha experimentado un notable aumento. Especialmente en áreas donde el acceso a alimentos frescos y saludables puede ser limitado.
Los índices de siembra de huertas propias se convirtieron en un indicador clave para evaluar el impacto y la viabilidad de este enfoque agrícola. Estos números proporcionan información valiosa sobre la cantidad y variedad de cultivos que se pueden producir en un área determinada. Así como la eficacia de las prácticas de siembra y gestión utilizadas.
Esta forma de cultivo que gana cada vez más adeptos, ¿quién no tiene o conoce a alguien que tenga una pequeña huerta en su jardín? Surge “Semillas con Memoria”. Un proyecto fundado por Bruno y Nahir, dos apasionados agrónomos que decidieron enseñar con el ejemplo. Poniendo en practica la fusión entre el conocimiento ancestral y la innovación para crear un impacto duradero.
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¿Cuántas veces nos imaginamos plantando nuestras propias frutas o verduras y desistimos al instante? Cuando comprendemos que no sabemos por dónde comenzar, apartamos la idea de nuestra cabeza para transformarla en “alguna vez”. Semillas con Memoria es una opción que anima a aquellos que aún no comenzaron y potencia a los que ya dieron sus primeros pasos.
Ellos mismos se encargan de asesorar, diseñar, construir y mantener jardines comestibles, agroecológicos y personalizados. Incluyendo el riego por goteo y el compostaje como parte fundamental en cada proyecto.
“Su marca registrada es su enfoque agroecológico, y su forma de cultivar, que respeta y promueve la biodiversidad. Utilizando prácticas sostenibles y libres de agrotóxicos”.
Su misión es clara: revalorizar la memoria de las semillas criollas que han sido cuidadas y seleccionadas a lo largo de generaciones. Adaptándolas a las condiciones locales y los ciclos naturales de la región. Trabajando con más de 50 variedades que van desde hortalizas hasta frutas y cereales, aseguran una diversidad genética invaluable. Protegiendo, además, la identidad alimentaria de la región y promoviendo una agricultura más resiliente frente al cambio climático.
Pero no solo producen semillas, también ofrecen plantines y productos agroecológicos, brindando a la comunidad acceso a alimentos saludables y nutritivos.
Agricultura urbana para apostar por un futuro mejor
En el año 2021 realizaron un taller de huerta en un jardín de niños sobre agricultura urbana. Donde se enfocaron en destacar la importancia de comprender desde temprana edad la forma en la que nos relacionamos con la tierra. Para aprender a obtener los alimentos de manera sana y respetuosa con el ecosistema. Abordando los conceptos a través de juegos y experiencias.
“Quisimos hacerlo desde una lógica permacultural dónde el pensar, el sentir y el hacer cobran idéntica importancia y dónde el proceso de aprendizaje sea divertido y enriquecedor”.
Nahir (Fundadora).
Su impacto no se limita a la provincia de Mendoza. También es reconocido, a nivel nacional e internacional, por el Ministerio de Agricultura de la Nación y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Este reconocimiento afirma la importancia de su dedicación y contribución a la construcción de un sistema alimentario más justo y sostenible.
Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura, el 15% de la población mundial se dedica a la agricultura urbana. Este porcentaje ha ido en aumento debido a varios factores, como la preocupación por la seguridad alimentaria, o el acceso a alimentos frescos y saludables. Además, de la búsqueda de alternativas sostenibles para la producción de alimentos.
La pasión compartida por la tierra y el compromiso con la sostenibilidad pueden transformar una comunidad y dejar un legado duradero. Una agricultura sostenible, a través de la preservación de semillas y la construcción de un futuro más verde, ya es una realidad.
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