Una biorefinería que emplea su conocimiento y tecnología para respaldar la labor regenerativa de la naturaleza está escribiendo una historia de innovación y compromiso ambiental en la región de Mendoza. Se trata de Dervinsa, una industria especializada en el «Upcycling» de biomasa residual vínica.
La empresa mendocina es pionera en la valorización de residuos de la industria vitivinícola, convirtiendo orujo y borras en productos de alto valor. Cada residuo encuentra un nuevo propósito, impulsando así una economía circular y forjando un futuro más sostenible.
Durante la elaboración del vino, se generan residuos enológicos, como piel de uva, semillas, borras y escobajos. Las borras, al depositarse naturalmente en el fondo del tanque, adquieren una textura pastosa y un color vibrante. A pesar de su escaso valor en bodega, la legislación exige su envío a una destilería, donde estos subproductos encuentran una segunda vida. La gestión adecuada de estos residuos no solo cumple con los requisitos legales, sino que también contribuye a la sostenibilidad ambiental en la industria vinícola.
La diferenciación es la clave del éxito, tanto en su responsabilidad con el reciclaje, como por la forma sostenible y eficiente de realizarlo.
La empresa asume la responsabilidad del transporte, transformación y disposición sostenible de miles de toneladas de borras y orujos descartados del proceso de vinificación. Estos residuos vínicos provienen de diversas bodegas distribuidas a lo largo del territorio argentino. A cambio de esta colaboración, las bodegas reciben sin costo alguno un «Certificado de Verificación de Recepción de Materias de Origen Enológico» emitido por IRAM.
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Un recorrido por el universo Dervinsa
Su planta en Palmira, San Martín, es un laboratorio de innovación. Allí, la tecnología de última generación se une al conocimiento experto para dar vida a una amplia gama de productos. Los más destacados son el alcohol vínico, ácido tartárico, crémor tártaro, aguardiente, aceite de pepita de uva, yeso, sustrato y compost.
Su compromiso inquebrantable con el medio ambiente, es respaldado por la prestigiosa certificación ISO 14001 y una participación en iniciativas que promueven la economía circular.
Dervinsa atiende a 680 bodegas en todo el país, alcanzando una significativa participación del 85% en el mercado de acopio y el 79% de las bodegas en actividad.
Además de su contribución al medio ambiente, la empresa asume un compromiso social, reconociendo que la sustentabilidad se extiende más allá de las fronteras ecológicas. Su enfoque se centra en impulsar y respaldar iniciativas basadas en la colaboración y la integración sinérgica de talentos. Con el propósito de fortalecer una vitivinicultura de alta calidad, orientada a la preservación del planeta. A su vez, se involucra activamente en el desarrollo de la comunidad local, promoviendo la educación ambiental y facilitando la inserción laboral.
Los BIOproductos elaborados tienen aplicaciones en diversas industrias, incluyendo alimentos, nutrición animal y vegetal, bebidas, farmacéutica, medicina, cosmética, construcción, textil, y química, entre otras. Esta versatilidad ha propiciado la creación de relaciones comerciales sólidas en el territorio argentino, colaborando con 315 clientes, y logrando expandirse de manera internacional.
Actualmente trabaja con paises como Chile, Bolivia, Uruguay, Brasil, Perú, Estados Unidos, México, Francia, España, Portugal, Italia, Australia, y Egipto, entre otros.
Su visión clara le permite avanzar con determinación hacia un horizonte donde la innovación y la sustentabilidad se fusionan en un ejemplo de éxito. Contribuyendo a transformar la industria vitivinícola hacia un modelo respetuoso con el medio ambiente y las comunidades, logró convertirse en una auténtica fuente de innovación.
Dervinsa es una inspiración que destila la esencia de la alquimia sustentable, convirtiendo los desechos del vino en auténticas oportunidades para el bienestar del planeta y sus habitantes.