En el corazón de Mendoza, tierra reconocida por su exquisito vino y paisajes imponentes, surge un proyecto de agricultura sustentable que redefine paradigmas a nivel mundial. La planta de deshidratado de hortalizas más grande del país, con una producción anual cercana a las mil toneladas, es testimonio del compromiso de Unilever y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) con la innovación y la sostenibilidad.
El cambio de paradigma en la agricultura sustentable en Mendoza
Los métodos convencionales de agricultura enfrentan desafíos sin precedentes, desde la sobreexplotación de los suelos hasta la creciente escasez de agua. Mendoza, en su afán por aprovechar de manera eficiente sus recursos, ha emergido como un líder en la búsqueda de soluciones. La colaboración estratégica entre Unilever y el INTA ha dado origen a un sistema de agricultura regenerativa que se presenta como un círculo virtuoso real.
Un enfoque integral para el desarrollo sustentable en Mendoza
El sistema de agricultura regenerativa implementado en Mendoza se apoya en tres pilares fundamentales: suelo, agua y biodiversidad. Natalia Giraud, directora de Comunicaciones y Asuntos Corporativos de Unilever, destaca que se busca preservar los recursos naturales disponibles a través de la restauración de funciones ecológicas esenciales. Este enfoque integral refleja el compromiso de generar alimentos saludables y nutritivos con conciencia social.
Impacto social y desarrollo sostenible
La asociación entre Unilever e INTA ha redefinido la forma de cultivar hortalizas teniendo un impacto significativo en la comunidad. Más de 400 familias han encontrado empleo directo gracias a las fincas asociadas y la planta de deshidratación. El zapallo, una de las hortalizas cultivadas, ha llevado a Argentina a convertirse en el principal exportador mundial de este producto.
Si has leído este artículo, también nos leen en más de 80 países. Si te interesa aparecer en Google News, solicita información haciendo clic en el banner.
Colaboración con agricultores para la excelencia
En la región, ocho fincas, principalmente en Mendoza pero también en San Juan y Córdoba, trabajan en estrecha colaboración con Unilever. Se cultivan 13 variedades de hortalizas que, después de deshidratarse, se utilizan en la producción de caldos y sopas crema de la marca Knorr. La calidad se prioriza sobre la cantidad, apostando por competir con países como China en el mercado internacional.
Innovación genética para un rendimiento óptimo
Mendoza y San Juan se benefician del asesoramiento y apoyo del INTA en la mejora genética de las hortalizas. Con semillas desarrolladas y mejoradas genéticamente en el Laboratorio de la Estación Experimental de La Consulta, se logran materias primas de excelente calidad y rendimiento superior para el proceso de deshidratación. El ingeniero agrónomo Claudio Galmarini destaca el aumento significativo en el rendimiento industrial de cultivares como Zapuco INTA y Aconcagua INTA.
Cuidado de la tierra y el desafío del agua
El director regional del INTA, Claudio Galmarini, señala la importancia del cuidado de la tierra en una región con sustrato aluvial y poco profundo. El uso de fertilizantes orgánicos naturales y métodos de labranza mínima se destaca como esencial. Además, en una provincia donde el agua es un recurso escaso, se trabaja en sistemas de riego más eficientes, como el riego por goteo, para optimizar su uso y preservar este recurso vital.
La planta de deshidratado: un modelo único en el mundo
Ubicada en Guaymallén, la planta de deshidratado de Unilever en Mendoza es la única de la compañía en el mundo. Procesa 970 toneladas al año de vegetales deshidratados, exportando el 10% de su producción. Con rigurosos controles sanitarios y tecnología de vanguardia, la planta refleja el compromiso con la calidad y la excelencia en cada etapa del proceso de deshidratación.
Implicaciones globales de la agricultura sustentable en Mendoza
El proyecto de agricultura sustentable en Mendoza no solo impacta a nivel local, sino que también tiene importantes implicaciones a nivel global. En un contexto donde la seguridad alimentaria y la sostenibilidad son desafíos cruciales, la experiencia de Mendoza ofrece lecciones valiosas. La colaboración público-privada, la implementación de prácticas agrícolas regenerativas y la innovación genética son elementos clave que pueden ser replicados en diversas regiones del mundo. La búsqueda de la excelencia no solo se traduce en la producción de alimentos de alta calidad, sino que también establece un estándar elevado para la responsabilidad social y el desarrollo económico sostenible.
El rol educativo y de concientización
Un aspecto importante del éxito de este proyecto radica en su capacidad para educar y concientizar a las comunidades. La incorporación de prácticas agrícolas sostenibles no solo beneficia a los agricultores y a la industria alimentaria, sino que también sensibiliza a los consumidores sobre la importancia de sus elecciones alimenticias. Mendoza no solo se convierte en un centro de excelencia agrícola, sino que también despliega un papel educativo vital al inspirar a otras regiones a adoptar enfoques similares. A medida que la conciencia global sobre la necesidad de un sistema alimentario sostenible crece, la experiencia de Mendoza se presenta como un faro de esperanza y guía para el futuro.
